Si bien los genes de una persona pueden aumentan la posibilidad de desarrollar lupus, se necesita algún desencadenante ambiental que active la enfermedad o provoque un brote. 

Estos son desencadenantes ambientales comunes:

• Los rayos ultravioletas del sol o de lámparas fluorescentes
• Los medicamentos sulfatados que aumentan la sensibilidad al sol, como Bactrim® y Septra® (trimetoprima-sulfametoxazol); el sulfisoxazol (Gantrisin®); la tolbutamida (Orinase®); la sulfasalazina (Azulfidine®); los diurético
• Los medicamentos del grupo de las tetraciclinas que aumentan la sensibilidad al sol, como la minociclina (Minocin®)
• La penicilina u otros antibióticos como la amoxicilina (Amoxil®); la ampicilina (ampicilina sódica ADD-Vantage®); la cloxacilina (Cloxapen®)
• Una infección, un resfrío o una enfermedad viral
• Una lesión, en concreto una lesión traumática
• El estrés emocional, por ejemplo, por divorcio, enfermedad, fallecimiento de un familiar y otras complicaciones de la vida
• Cualquier factor que cause estrés al organismo, como cirugías, daños físicos. embarazo o parto
• El agotamiento