Cinco lecciones de los defensores de la salud para mejorar su experiencia de atención médica

Los defensores o defensoras de la salud forman parte de un movimiento creciente que busca ayudar a los pacientes a eliminar las barreras que les impiden acceder a la atención que desean y necesitan. Este campo emergente ayuda a los pacientes a desarrollar habilidades y conectarlos con recursos para que puedan participar, impulsar su experiencia de atención médica y tomar las mejores decisiones posibles.

¿Qué nos pueden enseñar los defensores de la salud? Aquí hay cinco ejemplos de cómo podemos ser defensores de nosotros mismos.

1. Prepárese

El reto: El lupus es una enfermedad compleja y, a veces, es posible que no tenga suficiente tiempo para abordar todas sus preguntas, inquietudes y opiniones en su cita médica. A veces es difícil priorizar lo más importante en una consulta médica.

La solución: Antes de su cita, anote todas sus preguntas, inquietudes, opiniones y síntomas. Luego, tome una hoja de papel y priorice sus tres principales inquietudes o preguntas. Escriba el resto a continuación. Algunos médicos prefieren revisar esa hoja para comprender sus objetivos. Tenga en cuenta que su médico podría tener poco tiempo para una visita programada. Si aún tiene preguntas, pídale a su médico que le sugiera la mejor manera de darles seguimiento.

2. Confíe, pero verifique

El reto: Su médico le receta un medicamento y usted asume que conoce todos los demás medicamentos que está tomando y su historial médico completo (incluyendo alergias, efectos secundarios, etc.). O bien, ingresa en el hospital para un procedimiento y asume que está a salvo. Pueden ocurrir errores médicos, como confusiones con otros medicamentos, por lo que siempre es recomendable verificar las interacciones de los medicamentos con su historial médico, preguntar el nombre del medicamento que está recibiendo antes de tomarlo y leer el prospecto si es la primera vez que toma un medicamento.

La solución: Lleve siempre una lista de sus medicamentos actuales. Cuando tome un medicamento nuevo, asegúrese de leer el folleto informativo para el paciente completo antes de tomarlo por primera vez. Si puede, léalo en la farmacia antes de irse, así podrá preguntarle al farmacéutico si tiene alguna pregunta. Algunas preguntas médicas pueden requerir que llame al médico antes de tomar la primera dosis. Informe si cree que está tomando el medicamento equivocado. Si está hospitalizado/a, también querrá verificar que esté recibiendo el medicamento correcto. Una buena manera de hacerlo es preguntarle a la enfermera: "¿Puede recordarme qué es este medicamento y para qué sirve?". También puede usar su teléfono inteligente o computadora para verificar visualmente.

3. La comunicación es clave

El reto: La falta de comunicación y comprensión entre pacientes y médicos puede provocar errores, incapacidad para seguir las recomendaciones del tratamiento y empeoramiento de la salud. Los pacientes pueden ocultar información si no confían en el médico o no quieren sobrecargarlo.

La solución: Indique el motivo de su visita y preguntarle al médico cómo desea proceder puede marcar la pauta para una buena visita. Es ideal que pueda ir acompañado de alguien para que escuche y grabe la información durante su visita. Los médicos agradecen tener un par de ojos y oídos adicionales para asegurarse de que el paciente pueda concentrarse en la conversación. Si no puede ir acompañado, asegúrese de anotar la información. Algunos médicos le permiten grabar la visita en su teléfono inteligente o grabadora, pero pregunte primero si está de acuerdo. Resuma lo que escuche al final de la visita e identifique los siguientes pasos, si los hubiera, incluyendo el motivo y el plazo para hacer un seguimiento con el médico. Establezca la mejor manera de contactar al médico (teléfono, correo electrónico, información de contacto fuera del horario de atención) y dígale también sus preferencias.

4. Siga la regla de oro

El reto: La enfermedad, los medicamentos, la fatiga, los efectos secundarios y el dolor pueden irritar a cualquiera. Es especialmente frustrante si tiene poco tiempo, ha esperado mucho tiempo para ver al médico o siente que el personal médico no lo/a trata con compasión.

La solución: Trate siempre a los profesionales sanitarios y al personal con respeto. Técnicas para mantener la calma: respire profundamente; cambie su postura (de pie si está sentado/a, sentado/a si está de pie); identifique el problema de forma constructiva, por ejemplo: «Veo que mi enfermera no responde al botón de llamada y me pregunto si podemos hablar sobre qué es razonable esperar de mí o si podría solicitar la ayuda adecuada». Tenga en cuenta que tiene derecho a acceder a la atención adecuada.

5. Reúna al mejor equipo

El reto: Un diagnóstico de lupus suele requerir un equipo médico que ayude con diversos aspectos de la enfermedad a lo largo del tiempo. En ocasiones, diferentes especialistas pueden ofrecer consejos contradictorios o no brindar suficiente información para tomar una decisión.

La solución: Recuerde que este es SU equipo. Tiene derecho a buscar segundas opiniones. Puede elegir un médico o especialista según su comunicación, su disponibilidad y los consejos que ofrece. Si se encuentra hospitalizado/a, tiene derecho a solicitar y recibir una junta con todos los profesionales sanitarios que participan en su atención durante esa visita, todos juntos en la misma habitación. Por ejemplo, si tiene un especialista externo, pero este no participó en su atención en este caso específico, no es necesario que participe en la junta. Esta reunión se denomina conferencia de atención y se lleva a cabo en el hospital antes del alta, pero generalmente no se realiza con el paciente. Los defensores o defensoras utilizan esta reunión para aclarar las opciones de tratamiento, lograr el consenso del equipo y establecer plazos y objetivos para futuros hitos de salud después del alta hospitalaria.